Salman Rushdie vs. Vikas Swarup

Veo a Salman Rushdie (foto, en el Hay Festival de Cartagena) avanzar por la mitad de la calle. Lleva un bolso de almacén en la mano derecha, algún souvenir que habrá comprado. Dos o tres hombres lo acompañan a cierta distancia. No mira en especial a nadie. Se cuida. Lo cuidan. Está cansado de eso desde cuando publicó, en 1988, su novela Los versos satánicos, y el Ayatola lo amenazó de muerte. Desde entonces sus relaciones han sido con las autoridades y con la prensa. Ese es mi primer Rushdie. Un escritor sin mayores pretenciones –hasta ese momento ha publicado apenas Hijos de la medianoche y otro par de libros que nadie ha visto-, pero obligado a ser tratado de manera especial por la amenaza que pesa sobre él, y que poco a poco lo ha convertido en un ícono de la prensa para hacerle defensa y propaganda a la libertad de expresión. Los lectores se han apresurado a leerlo gracias a la amenaza, y muchos no nos hemos sorprendido. Sin embargo, la amenaza no cesa. Y por eso la prensa sigue insistiendo. Y Rushdie –es mi segundo Rushdie- se convierte en un escritor común y corriente agigantado por un factor extraliterario, como es la amenza de muerte. Lo uno no tiene nada que ver con lo otro. Es decir, uno no es buen escritor porque lo amenacen de muerte, así suene durísimo decirlo. Cuando Rushdie dobla la esquina a la derecha en esa soleada calle de Cartagena, lo veo como un funcionario público amenazado, que cree en ese estatus. Y no lo veré diferente cuando al otro día hable de literatura en el Teatro Heredia.
A comienzos de marzo, siguiendo su ruta, he conocido a otro Rushdie. Una nota de El Periódico, de Bogotá, del 3 de marzo, nos informa que él se ha ido lanza en ristre contra otro novelista de la India, Vikas Swarup, no nacido en Bombay, como él, sino de Allahabad, graduado en historia moderna, psicología y filosofía, todo porque su novela Q and A, vertida al español con el título de ¿Quiere ser millonario?, luego de la entrega de los premios Oscar de 2009, ha reafirmado su celebridad y confirmado su interés mundial. Slumdog millonaire, premiada como la Mejor Película de la noche, tiene un guión basado en la novela de Vikas Swarup. Rushdie ha dicho que la película es “claramente ridícula”, y que la novela es una “chapuza cursi, con una trama que desafía lo creíble”.
El novelista común y corriente que alcanzamos a cubir con nuestro manto de lástima, se acostumbró a la protección de los guardaespaldas, a las grandes fotos en periódicos y revistas, a la fama, a los buenos hoteles, a las condecoracioens y a las adulaciones de las burocracias oficiales de derecha o de izquierda. Y cuando Vikas Swarup, abogado y diplomático, novelista premiado en varias ocasiones, ha confirmado en la prensa, la televisón y el cine sus cualidades, entonces, Rushdie, como la liebre, ha saltado a demeritar a su colega.

La novela de Vikas Swarup, en español, corrió por cuenta de Anagrama, una editorial muy seria. Y así la califica: “Una novela que atraviesa muchos géneros, diversas épocas y diferentes lugares, un fresco dickensiano en el que el autor nos conduce sin tregua de la farsa a la denuncia social, del romance a la indignación, del lujo más desenfrenado a la más degradante miseria, para sorprendernos al final con un giro inesperado al más puro estilo thriller”.
(Columna publicada en el diario El Periódico, Bogotá, 12 de marzo de 2009).

Comentarios

  1. Aún no he visto la película ni he leído el libro que se relaciona con ella, pero la crítica que presenta este artículo invita a contrastar opiniones. Una vez más por despertar mi curiosidad, ¡maestro!.
    Isabel

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  2. Mientras vos estabas en el Hay, eso pensé. Por esos días, viendo y leyendo sendas entrevistas a Rushdie, me sorprendió lo poco literario de su contenido; es posible que no fueran muy diferentes de las que se le hacen a un rockstar o a una reinita, pero de literatura, pocón, pocón.
    Igual, solo he leídos Los versos satánicos hace muchos años y no sé si su categoría de "celebrity" ha afectado su escritura.

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  3. Estimado profesor. La nota, muy buena, entretenida y —sobra decirlo— bien escrita, queda en punta.
    Si empieza con la ponzoñosa afirmación: “el Ayatola lo amenazó de muerte. Desde entonces sus relaciones han sido con las autoridades y con la prensa”. Es decir, no como se debiera, con los LECTORES Y LA CRÍTICA.
    Entonces, cuando todos (los lectores)esperábamos que usted diera su tajante veredicto de experto, de conocedor, se acaba la nota (¡!)

    No sé por qué, pero sentí un anticlímax. Si hasta se atrevió a pegar este latigazo:
    “se convierte en un escritor común y corriente agigantado por un factor extraliterario, como es la amenza de muerte. Lo uno no tiene nada que ver con lo otro. Es decir, uno no es buen escritor porque lo amenacen de muerte, así suene durísimo decirlo.”
    Pero al final, retoma el tono de reseña, algo muy tibio; y lo que uno espera en un blog (independiente) es que haya al menos, una opinión (ojalá se tome partido), así como en las columnas de… opinión. El tono lo presagiaba, yo esperaba leer, algo así como:

    por muy mala que sea la novela (discutible), tiene el mérito de mostrar esas dos caras de la India. Inmenso error y descortesía del Rushdie atacar a su premiado colega. De mal gusto, y hasta revanchista y egoísta, o envidioso, demeritar su éxito, después que gente dispar lo aclama.
    (o incluso, decir que Rushdie es un mal escritor, que no joda y se calle y se esconda).
    Profesor, un blog no es (no necesariamente) un espacio para ser diplomático. No se contenga, si entre líneas se le nota el enojo.

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