Entradas

Mostrando entradas de febrero, 2009

Cuento breve ijca

Imagen
Había dos indiecitos, hombre y mujer, que eran muy pobres y le hacían el trabajo a los demás indios. Esos indiecitos fueron guardando en un calabazo pedacitos de comida, de todo lo que comían los demás hombres. Esa comida se pudrió y de ahí nació una cucaracha. De esa cucaracha nacieron muchas cucarachas más y andaban por todas partes. Había tantas que los indios resolvieron matarlas y mataron todas menos una que se escondió en un agujerito. Entonces vino Mama Seukún y dijo que no la mataran, que esas cucarachas eran muy raras y formó una mujer de la cucaracha que quedaba. Esa mujer tuvo muchos hijos, que son los civilizados, que se regaron por todas partes como las cucarachas. [Tomado de Antología del cuento corto colombiano, de Guillermo Bustamante y Harold Kremer, Bogotá, Universidad Pedagógica Nacional, 2007].

Bases del Premio Casa de las Américas 2010

La convocatoria al Premio Casa 2010 estará abierta hasta el 31 de octubre del 2009 La Casa de las Américas convoca para el año 2010 a la LI edición de su Premio Literario. En esta ocasión podrán concursar obras inéditas en los géneros de poesía y teatro. Podrán concursar también autores de Brasil con libros de no ficción escritos en portugués y publicados en esa lengua durante el bienio 2008-2009, así como escritores del Caribe de expresión inglesa con una obra publicada en esa lengua o en creole durante el período 2006-2009. PREMIO EXTRAORDINARIO BICENTENARIO DE LA EMANCIPACIÓN HISPANOAMERICANA Al cumplirse doscientos años del inicio de las guerras de independencia en la América hispana, la Casa de las Américas convoca a un Premio Extraordinario de ensayo sobre la repercusión de tan significativo acontecimiento. Las obras concursantes se someterán a las bases generales del Premio. BASES 1. Podrán enviarse obras inéditas en español en los géneros de poesía y teatro. Se considerarán iné

La biblioteca sin alcalde

Imagen
He conocido ciudadades y pueblos en Colombia donde al alcalde no lo ronda la biblioteca, ni a la biblioteca nunca entra el alcalde. Dos cosas diferentes, con una misma consecuencia: el inmenso atraso cultural ciudadano. En una oficina de la Biblioteca Nacional tienen la contabilidad de los municipios donde, en Colombia, funciona una biblioteca pública municipal. Casi todos. Pero cuando usted llega al pueblo y pregunta por ella, nadie la conoce, está cerrada, en inventarios, en vacaciones, o en reparación. El Ministerio de Educación le ofrece a los municipios unos fondos editoriales, casi siempre muy bien seleccionados y, a cambio de ellos, se les exige a los alcaldes la adecuación de una sala funcional y un encargado de su manejo. Ahí es cuando la mayor parte de ellos se rajan. Al alcalde y al concejo no les interesan las bibliotecas porque, además, poseen una imagen errada de ella. Ven siempre unos libros apolillados, cuatro mesas viejas y a unos niños gritones haciendo tareas. No ven

Roberto Posada García-Peña (1955-2009)

Imagen
El 13 de marzo de 1983 publiqué la última columna de “El correo de los chasquis” en el Magazín Dominical del diario El Espectador (Bogotá), columna que por invitación de su director, Miguel Garzón, había escrito durante cuatro años largos. Cuando Carlos Duque y Guillermo González cambiaron el formato y el estilo del Magazín, todos los columnistas salimos. Entonces, fue cuando conocí a Roberto Posada García-Peña, en ese momento ya director de “Lecturas Dominicales” de El Tiempo. Él, por sugerencia de la escritora María Mercedes Carranza -ambos conocedores de la popularidad de mi columna huérfana-, me invitó a continuarla, con otro nombre (le puse “El Arca de Papel” y terminó siendo “Arca”), en sus “Lecturas Dominicales”. Y allí, quién lo creyera, permanecí hasta febrero de 2002, sin fallar un domingo. Bajo la dirección de Roberto y la coordinación de Jorge Restrepo. Ahora, Roberto Posada García-Peña, a los 54 años, con muchas cosas por hacer todavía, amando como nunca el periodismo de o

Un poema de Antonio Machado

Imagen
El crimen fue en Granada I El crimen Se le vio, caminando entre fusiles, por una calle larga, salir al campo frío, aún con estrellas, de la madrugada. Mataron a Federico cuando la luz asomaba. El pelotón de verdugos no osó mirarle la cara. Todos cerraron los ojos; rezaron: ¡ni dios te salva! Muerto cayó Federico -sangre en la frente y plomo en las entrañas-. … Que fue en Granada el crimen sabed -¡pobre Granada!-, en su Granada… II El poeta y la muerte Se le vio caminar solo con Ella, sin miedo a su guadaña. -Ya el sol en torre y torre; los martillos en yunque –yunque y yunque de las fraguas. Hablaba Federico, requebrando a la muerte. Ella escuchaba. “Porque ayer en mi verso, compañera, sonaba el golpe de tus secas palmas, y diste el hielo a mi cantar, y el filo a mi tragedia de tu hoz de plata, te cantaré la carne que no tienes, los ojos que te faltan, tus cabellos que el viento sacudía, los rojos labios donde te besaban… Hoy como ayer, gitana, muerte mía, qué bien contigo a solas, por

Un cuento de Juan José Arreola

Imagen
El sapo Salta de vez en cuando, sólo para comprobar su radical estático. El salto tiene algo de latido: viéndolo bien, el sapo es todo corazón. Prensado en un bloque de lodo frío, el sapo se sumerge en el invierno como una lamentable crisálida. Se despierta en primavera, consciente de que ninguna metamorfosis se ha operado en él. Es más sapo que nunca, en su profunda desecación. Aguarda en silencio las primeras lluvias. Y un buen día surge de la tierra blanda, pesado de humedad, henchido de savia rencorosa, como un corazón tirado al suelo. En su actitud de esfinge hay una secreta proposición de canje, y la fealdad del sapo aparece ante nosotros con una abrumadora cualidad de espejo. Juan José Arreola (l918-2001) nos acompañó en una inolvidable sesión del Taller de Escritores de la Universidad Central, el 3 de diciembre de 1983. En un famoso prólogo escribió: “Yo, señores, soy de Zapotlán el Grande. Un pueblo que de tan grande nos lo hicieron Ciudad Guzmán hace cien años”. De ahí en ade

La Vorágine de Sylvia Patiño Spitzer

Imagen
No conozco una edición de La Vorágine como esta de Sylvia Patiño Spitzer. Formato grande, de tapas duras, con sobrecubierta, a todo color. Y mil fotografías de las escenografías de la novela de Rivera. Digo “mil” a manera de metáfora, porque no se sabe cuántas son. En cada página, de las casi 300 de la novela, van una, media o varias fotos, porque son composiciones fotográficas, donde se amplían, se funden, o se sacan detalles. Es un juego y un fuego de fotografías de los llanos, las selvas y los ríos orientales, por donde se supone van trasegando los personajes de José Eustasio Rivera. Cuando Sylvia, como fotógrafa embrujada por el efecto de la novela, recorrió esos parajes, no siguió una ruta definida, sino que, como dice ella, adoptó como sistema y camino el vuelo de la mariposa. Claro, se necesita saber como vuelan las mariposas, que pican aquí y luego allá, revolotean y saltan en todas las direcciones. El libro tiene un par de arcos iris con los que abre y cierra el libro. Y no p

José Eustasio Rivera, 121 años

Imagen
Hoy, 19 de febrero, hace 121 años, nació José Eustasio Rivera, no se sabe, con exactitud, en dónde. Aunque Neiva y San Mateo (el actual municipio de Rivera, a 15 kilómetros de Neiva), pelean por ser su patria chica, parece ser que su nacimiento se produjo cuando Catalina Salas, la esposa de Eustacio Rivera, viajaba a caballo entre las dos poblaciones. Nació viajando, como sería su errante vida. Nunca descansó Rivera. A pie, a caballo, en coche o tren, en canoas, lanchas, vapores y barcos, siempre se mantuvo activo en sus cortos 40 años que alcanzó a vivir. Los mismos 40 años que utilizó otro de los grandes escritores del mundo que celebramos por estos días, Edgar Allan Poe. Sólo que mientras el uno le cantaba al cuervo y originaba estilos y formas de contar, el otro se enterraba en los ríos, llanos y selvas orientales para asumir sus vorágines y pesadillas y escribirlas como si se hubiera bebido una pócima infinita de yagé. Pero Rivera sólo sabía trabajar y tratar de entender a su paí

Un poema de Carlos Germán Belli

Imagen
No salir jamás ¿Cuándo, cuándo de nuevo volveré, en qué minuto, día, año o centuria, al sacro rinconcillo de mi dueña, paraje oculto para mí guardado, y a merced de su excelsa carne allí yacer adentro y no salir jamás? A aquel lugar yo quiero retornar, Hasta el punto central eternamente, introducido en el secreto valle, y en ella en cuerpo y alma así cuajado. No quiero nada más sino volver adonde fugazmente ayer estuve, cruzar el umbral con seguro paso y ahora para siempre allí quedarme, no como dueño de un terrenal sitio, mas por entero rey del universo. Carlos Germán Belli nació en Lima, en 1927. En 1998, el Instituto Caro y Cuervo de Bogotá le publicó una antología poética con el título de Trechos del itinerario (1958-1997) , de donde tomo este poema (de su su libro Bajo el sol de la medianoche rojo , de 1990), donde se perfilan las notas características de su poesía: un poco de humor, otro de ironía, un dominio de las formas poéticas españolas del siglo de oro renovadas, un mundo c

Un cuento de Luis Vidales

El muerto Tomó el diario. Leyó: "El señor N. N. descansó en la paz del Señor". Se tomó el pulso. Nada. Se palpó el pecho. Estaba frío. Sintió una absoluta indiferencia. Tiró el diario y volvió a meterse en la cama, más, pero muchísimo más indiferente que nunca. El poeta Luis Vidales (Calarcá, 1900-Bogotá, 1990), autor del legendario libro Suenan timbres (1926), es el pionero del cuento de minificción en Colombia.

Premios Casa de las Américas 2009

Imagen
Cada año, por esta fecha, se falla el Premio Casa de las Américas, uno de los concursos literarios más serios del continente y que más autores y obras ha expuesto ante los lectores del mundo. Estos son los ganadores dados a conocer ayer en la sede de Casa de las Américas, con un hecho curioso, pero nada sorpresivo: los argentinos se van adelante. Ganador en novela : El exilio voluntario , Claudio Ferrufino-Coqueugniot (Bolivia). Menciones: Lo que no fue , de Enrique Ferrari (Argentina), La reemplazante, Fernanda García Curten (Argentina). Ganador en literatura testimonial : Mañana es lejos (memorias verdes de los años rabiosos) , Eduardo Rosenzvaig (Argentina). Mención: Hay que saberse alguna poesía de memoria. Testimonios de una mujer argentina , de Patricia Miriam Borensztejn (Argentina). Ganador en literatura para niños y jóvenes : La prometida del señor de la montaña o La doncella del Huillallaco , de Yoli Fidanza (Argentina). Primera mención: El laberinto de las pesadillas, de Ri

¿Y por qué no publican los cuentos?

Imagen
A propósito del concurso de cuentos de RCN-Ministerio de Educación Nacional y otros, donde se hizo una inversión tan grande, oficial y privada, la pregunta obvia es, ¿y por qué la prensa no publica los cuentos ganadores? Son 30 cuentos ganadores. ¿Por qué no escoger uno de cada categoría y publicarlos un domingo, como separata o como parte de la responsabilidad del medio escrito? Como mínimo, deberían publicarse uno o tres cuentos de la categoría superior, la universitaria, porque eso nos serviría para evaluar el concurso y para saber qué están escribiendo los jóvenes que llegaron a la educación superior. La prensa escrita de otros países lo hace. En Colombia, nuestros periódicos, digo, sus directores, decidieron un día que la literatura de creación ya no atraía al lector, que los cuentos y los poemas no venden, o que ya no vale la pena publicarlos. Y los escritores, jóvenes y viejos, se acomodaron dócilmente a esa determianción. Tal vez, fui el último en hacerle las antologías de cue

II Concurso Nacional de Cuento RCN-MEN

Imagen
No se por dónde comenzó la idea, pero a estas alturas el Concurso Nacional de Cuento para muchcachos de primaria, secundaria y superior, que patrocinan RCN y el Ministerio de Educación, va tomando rumbos serios. Todo lo hacen por correo electrónico, con lo cual abarcan mucho más y, también, mucho menos, es decir, facilitan el envío –ahora que nos quedamos sin correos nacionales-, pero se estrellan con la otra realidad: no todo el mundo en provincia tiene un computador. Lo otro: ¿cómo medir la calidad literaria en un niño de 9 años? Existe una creatividad, sí, pero una literatura a ese nivel no existe. Eso, por lo menos, es lo que creemos muchos. En el segundo y tercer grupo, la cosa cambia. Y si los talleres pre-concurso prosperan, los resultados, a unos años escasos, pueden ser visibles. Por eso, me parece una apuesta significativa el que ustedes anoten los nombres de los 30 ganadores de las tres categorías del pasado segundo concurso, fallado en Cartagena (foto, con todos los ganador

Viaje a Rodrigues, de Le Clézio

Imagen
Es un corto e intenso viaje de 125 páginas. Se considera la continuación, o el otro final, de otra novela suya, de mayor extensión, El buscador de oro . En Viaje a Rodrigues (Bogotá, Editorial Norma, 2008), el nieto –que nunca conoció al abuelo- va a la búsqueda de los rastros de sus antepasados y, en especial, de la historia que recorrió su abuelo, sobre todo de los últimos años cuando, expulsado de la finca Eureka, fundada en el siglo XIX por los otros abuelos, se fue para la Ensenada de los Ingleses y se dedicó a investigar en dónde estaría el tesoro que los bucaneros habrían abandonado ahí. Con los planos y mapas, “papeles sin valor”, como lo dijo la tía en venganza (p. 107), el nieto recorre, muchos años después, el valle del río Roseaux, busca la quebrada y los tamarindos y las piedras que lo orientan en la búsqueda, ya no del tesoro que buscó el abuelo, sino de los pasos que dio por esos roquedales. La expulsión, dice la novela, y el exilio, nos llevan a la búsqueda de otro sue

Un poema de Seamus Heaney

Imagen
Alucinando III Érase una vez mi padre sin ahogarse Entrando a nuestro patio. Había ido a fumigar Las patatas que sembró al pie del río, Negándose a llevarme. El fumigador Era grande, una maquinaria nueva, y la cal Podría quemar mis ojos. El caballo era brioso, y yo De pronto lo asustaba. Cosas así. Pasé el día Tirando piedras a un pájaro en el techo, más Por el gusto de escuchar los golpes contra las tejas que Otra cosa. Pero cuando él regresó, estaba en casa Y lo vi por la ventana, con su vista desviada, Su aire de vencido, extraño sin sombrero. Su paso era incierto, estaba próximo a ser fantasma. Al voltearse junto al río el caballo Resbaló, alzó las patas nervioso y el carro, Con todo y rociador, se puso a tambalear De modo que el aparejo entero se cayó Al remolino –cascos y cadenas, ruedas y varales, Aperos y barril-, todo rodaba por el munsdo Y el sombrero se lo llevó alegre la corriente Hasta un remanso. Aquella tarde Lo vi cara a cara. Llegó adonde yo estaba Con sus huellas úmed

Un cuento de Thomas Bailey Aldrich

Imagen
Sola y su alma Una mujer está sentada sola en su casa. Sabe que no hay nadie más en el mundo: todos los otros seres han muerto. Golpean a la puerta. Thomas Bailey Aldrich nació en New Hampshire, en 1836, y murió en Boston, en 1907. Escribió varias novelas, cuentos y poemas. “Sola y su alma”, el cuento de hoy sábado, lo tomé de la Antología de la literatura fantástica , de Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo (Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1994). Algunos consideran a este cuento como el más corto de la literatura universal, aunque alguna vez Ernest Heminway prometió escribir uno más corto.

Concurso Nacional Metropolitano de Cuento

Imagen
La Universidad Metropolitana de Barranquilla tiene abierta la XXXI convocatoria de su tradicional concurso nacional de cuento hasta el 30 de julio de 2009. El cuento inédito, uno solo, debe enviarse por triplicado, doble espacio, tamaño carta, con seudónimo, y en sobre aparte adjunto y sellado, marcado con el título del cuento y el seudónimo –dentro del sobre del cuento-, los datos completos del autor, con una pequeña bio-bibliografía, a la siguiente dirección: Concurso Nacional de Cuento, Universidad Metropolitana, Extensión Cultural, Apartado aéreo No. 50576, Barranquilla, A. El fallo se entregará el 20 de septiembre del mismo año. La versión anterior del concurso fue ganada por el escritor barranquillero Carlos Alberto Barraza, con el cuento “Perder el round en el último segundo”. Y, además, el jurado, integrado por Miguel Iriarte, Guillermo Tedio y Jesús Sáez de Ibarra, Vicerrector de la Universidad Metropolitana, otorgó una mención especial al cuento “Años de ofensa”, del poeta y

Hay Festival de Cartagena

Imagen
¿Qué cosa seria podría hacer usted con una comparsa de 50 escritores reunidos a la orilla del mar, en una ciudad que en veinticinco años se convirtió en un asentamiento de gentes tan pudientes que pudieron transformar los escombros fantasmales en majestuosas casonas mediterráneas? ¿Qué cosa podría hacer usted con tantos escritores reunidos a la vez, en solo cuatro días, sino un Festival o un Carnaval? Ahora, los vi desfilar por el escenario como en una pasarella. Son eventos rápidos, muy bien organizados, con luces y escenografías atractivas, donde se actúa para agradar al público. Domesticados al ritmo que pauta el marketing. Por eso se llama Hay Festival de Cartagena. Y los escritores invitados adquieren una pátina de estrellas rutilantes por un momento. En el Teatro Heredia, en el Clasutro de Santo Domingo, o en la Casa Mapfre, algunos aplauden, otros ríen y se divierten mucho, muchísimo (para eso son los festivales), y unos pocos -muy pocos, porque ya no se puede- protestan muy que

Un poema de Omar González Jiménez

Imagen
Penitencias de Europa a Norita, llamándola; a Murciano, escuchándome; a Niemeyer, instinto. Yo sufro a Europa como dos penitencias: una de agua mientras muero de sed, otra de aire que me seca la boca. De la primera salgo cuando brota la hierba, de la segunda escapo pero me quema el rostro. Ni en Roma ni en Madrid amanece temprano; los trenes se atropellan y su extravío me alcanza. Cuando salgo a la calle se me olvida quién soy: cargo sobre los hombros las ciudades posibles, y la gente me pesa como un fardo de arroz. Me aplasta el rascacielos, me atraviesa el museo. Europa es tan antigua que su fervor me agota; en cambio, su tristeza me convoca a estos versos. En Estambul, la ternura me pareció un cordero; mas en Ankara la piedra fue el hombre, y a ese hombre, dormido, le regalé otra piedra. Asia iba y venía, y en la fuente el neón. El neón testarudo. Como un pozo en el cielo. Ni Turquía se salva de ser copia del mundo. Adiós Constantinopla. Bienvenido el autista. A mitad del abismo, ot